En el post de hoy vamos a repasar algo que siempre viene bien tener en mente y que la mayoría de los autodidactas y futuros fotógrafos van a agradecer. El tema que trataremos es ni más ni menos que el de la velocidad de obturación, nuestra gran aliada a la hora de dejar a un lado el modo automático de nuestras cámaras de fotos para poder dar rienda suelta a nuestra inspiración y poder lograr composiciones verdaderamente únicas.
Muchas de las fotografías que te han sorprendido en algún momento de tu vida utilizaron de forma magistral la velocidad de obturación para lograr ese “algo” que las hizo memorables para ti.
¿Qué es la velocidad de obturación?¿Qué es la velocidad de obturación?
Todo eso suena muy bien pero es mejor que, valga la redundancia, empecemos por el principio. Como bien sabes, la fotografía requiere de luminosidad (luz) para ser realizada correctamente, sin luz no hay foto, así de simple. Precisamente por esa razón las cámaras tienen un mecanismo que se cierra y se abre para permitir que la luz entre al sensor y se pueda sacar una fotografía en condiciones. El encargado de hacer eso se llama obturador, los hay de tipologías distintas pero por ahora eso es todo lo que necesitas saber.
Lo que sí es importante que recuerdes es que la velocidad de obturación es el tiempo que mantenemos el obturador abierto, y que viene definida por dos variables: la entrada de luz (cantidad de luminosidad que entra) y la captura de movimiento (el sensor registrará todo aquello que pase por delante de nuestra cámara).
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¿Qué es el obturador de la cámara?
Como estábamos diciendo antes, el obturador es una parte clave en toda cámara fotográfica y es el gran protagonista de la velocidad de obturación. Lo podríamos definir como ese mecanismo que está situado justo delante del sensor y que tiene la función de controlar cuánto tiempo le va a llegar luz a dicho sensor.
Por lo tanto, cuanto más rato tengamos abierto el obturador, más luz entrará y más captura de movimiento lograremos. Está compuesto por dos especies de persianas que lo abren y lo cierran, el espacio que queda entre ellas dos es la parte a través de la cual entra la luz.
Velocidad de obturación lenta vs. Velocidad de obturación rápida
¿Velocidad de obturación rápida?
En este punto vamos a detenernos un poco más porque es el que mayor confusión suele generar y es importante tener bien claro a lo que nos referimos. Cuando hablamos de una velocidad de obturación rápida estamos diciendo que el tiempo de exposición va a ser corto (porque el obturador va a cerrarse rápidamente), esto implica que la luz va a entrar durante un breve período de tiempo en el sensor, cosa que deberíamos compensar con otras variables como la apertura de diafragma o la sensibilidad (ISO) tal y como hemos visto en otros posts del blog. De lo contrario es muy probable que nuestra fotografía salga sub expuesta, es decir, demasiado oscura. Se considera que la velocidad de obturación es rápida si está por encima de 1/60 segundos.
¿Velocidad de obturación lenta?
En cambio, si hablamos de una velocidad de obturación lenta, tendremos un tiempo de exposición largo y va a entrar mucha más luz al sensor de la cámara. En este caso no deberemos compensar tan a menudo con la sensibilidad ni con la apertura de diafragma. Se dice que la velocidad de obturación es lenta si se encuentra por debajo de los 1/60 segundos que comentábamos antes. Con esta técnica lograremos captar los movimientos de los objetos que haya delante de la cámara aunque debemos tener en cuenta que incluso el propio movimiento causado al pulsar el obturador podría hacer que la foto quede movida, es por eso que se recomienda el uso de trípode.
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¿Qué velocidad de obturación usar según la ocasión?
En fotografía no existen leyes inquebrantables porque todo depende de la ocasión, la intención del fotógrafo y muchas variables más, pero como regla general se recomienda una velocidad de obturación rápida cuando queremos lograr una escena nítida. Hay que tener en cuenta que cuanto más rápido se mueva el sujeto más rápida deberá ser la velocidad de obturación si lo que queremos es obtener una fotografía clara de éste. Si, por lo contrario, nos interesa reflejar el movimiento del objeto fotografiado, deberemos optar por velocidades más lentas para poder captarlo todo. Como siempre, ten en cuenta que deberás jugar y corregir unos valores con los otros compensando la velocidad de obturación con la sensibilidad ISO y la apertura del diafragma.
Conclusiones sobre la velocidad de obturación
La velocidad de obturación es un concepto básico y fundamental en fotografía y es necesario comprenderlo en la teoría para dominarlo en la práctica. Como todo, llegar a perfeccionarlo es cuestión de práctica pero el esfuerzo vale la pena, puesto que la mejora que lograrás aplicando estos consejos a tus fotografías va a ser considerable. Como siempre, no olvides que la fotografía es algo global y que para comprender la velocidad de obturación necesitarás también entender la lógica que hay detrás de otros conceptos como la apertura o la sensibilidad.